Material de Lectura

Sortilegio

 

En noches de luna llena, deslícese el cayuco tan serpiente que no levante ruido ni onda ni memorias. Con el soplo del viento atejonado en la laguna, déjese bogar el tronco entre los tules y más allá, hasta ese punto en que la luna cierra los párpados en el agua. Suéltense las redes con un amplio movimiento que no deje escapar ningún reflejo. Al tiempo que se hunden, siete veces recuérdese en silencio el nombre de la amada.

Si se cumplen estos avisos, es posible capturar peces de luna. Diminutos y afilados, habrán de enhebrarse luego en una cadena de plata. Puestos al cuello de la mujer deseada, la llevarán a tu lado, bien dispuesta para el amor.