Material de Lectura

 

 
Caracteres generales de la arquitectura
 
 
 
 


El tipo general de edificio que prácticamente define toda la arquitectura prehispánica es el basamento para el templo, impropiamente conocido como pirámide.

La llamada pirámide es una construcción masiva sobre la cual se coloca el santuario, dándole así la dignidad e importancia que reflejan el dominio de los dioses sobre los nombres. Primeramente se inspiran, para darle forma, en la propia naturaleza, como en el caso de la pirámide de Cuicuilco, compuesta por una serie de conos truncados que reproducen, apenas geometrizándola, la silueta de los pequeños volcanes del Valle de México. Más tarde se abstrae esa forma, convirtiéndola de circular en cuadrada o rectangular y, sin perder su relación con la naturaleza, adquiere su perfil definitivo que conserva hasta la Conquista (teotihuacan). Desde entonces, los basamentos circulares sólo son los dedicados a Quetzalcóatl como Dios del Viento (en Calixtlahuaca).

El acceso a la cima se hace por medio de grandes escaleras, que a la vez refuerzan la impresión de simetría de la pirámide y terminan de destacar la importancia del templo que está en la cúspide. Pueden encontrarse en una sola cara del basamento (Teotihuacan) o en las cuatro (Chichén Itzá). Generalmente están guarnecidas con alfardas muy sólidas, a veces decoradas con rica ornamentación escultórica.

En algunos casos, como en el Templo de las Inscripciones de Palenque, la escalera también se halla en el interior, ya que tenía la finalidad de permitir el acceso a la tumba encerrada en el corazón del basamento, o, como en el Palacio de la misma ciudad, donde por dentro de la torre conduce a la parte más alta.

En el aspecto ornamental o decorativo encontramos igualmente que se da una gran importancia a lo religioso. Aparece la serpiente emplumada, símbolo de Quetzalcóatl, que no es sino un crótalo o cascabel, que abunda en México; pero se le da un profundo simbolismo religioso. Lo mismo los caracoles y las conchas, repetidos incansablemente en la pirámide de Tláloc, relacionan la decoración con la importancia que para un pueblo agrícola tiene el agua, mediante la imagen de los seres que en ella viven.

La región maya, asimismo, convierte en ornamento la imagen de Chac, el dios de la lluvia, que aparece en forma constante en los lugares en que, como Kabah o Uxmal, el agua es más escasa.

La limitación que les imprimía la falta de herramientas fue superada hábilmente utilizando piedras muy duras como instrumentos para tallar o golpear y lograron de esta manera primitiva las extraordinarias grecas que, como en Mitla y Uxmal, denotan perfecta organización de un trabajo de prefabricación. Los acabados tan perfectos de los estucos se lograban también por el pulimento con piedras adecuadas.