Caza nocturna
En lo oscuro el alto zumbido del escarabajo carcome los cristales del sueño. ¿Qué avión es ese, que lleva hacia Teherán una amistad un amor un muro de ochenta indiferencias que no acaba de pasar y rodea la casa perdida en la floresta inmueble? Va el oído filtrando en la trama del rumor sus nervaduras. Insecto múltiple reunido para formar el sordo zumbido, circular opresivo zunzin de mil zonzons zumbando en medio de la masa de calor de la noche en blanco. Son las electrobombas en servicio. La música de la sequía. Pickup que no para de girar. Gato que no cansa de ronronear. ¡Ah, cómo los conozco! Hacen parte de la vida esos poderosos motores de emboscada en la cacería lunar de agua, liebre esquiva atraída por un canal de desesperación e insomnio. ¿Qué gemido ligero, apenas zi, tímido, se incorpora al zon compacto? ¿Qué vocecilla medrosa suspira, que no zumba en el cóncavo nocturno? El motorcillo del poeta, pobre galgo de casa, 1/4 de HP, cazando en vano.
|