Page 13 of 14
Vietnam
Shiqqus shomen. A las víctimas de un innecesario y estupidísimo sufrimiento. Yo no soy joven y siempre he visto a mi alrededor la injusticia y el miedo. Siempre ha sido así: con plena voluntad lo aprendía en los pesados libros de los buenos tiempos pasados. Malvivo en un país que no es libre, cansadísimo, cruel, corrompido, muy cobarde. Me toca malvivir en un país indigno, pero el resto del mundo no es mejor. Y sólo puedo levantar unas frágiles palabras contra el desdén de los señores del poder. Apenas sonríen los labios de los príncipes —apenas una sonrisa que viene del olvido— y dictarán después, para siempre más, heladas leyes de la fuerza y el espanto: un firme puntal, las más benignas muletas para que el cojo camine hacia la muerte. ¿Cómo lucharé solamente con palabras inútiles, de qué sirve el grito del soñador? Despierto lentamente y en silencio contemplo la gran hoguera encendida en el lejano sur. Vergüenza y deshonra de todos los pueblos, por todo se extenderá y en ellas nos quemaremos. Ahora alguien ha comprendido, pero pronto, en seguida, todos conoceremos que estamos del todo perdidos. |