El tumulto del corazón sigue haciendo preguntas. Y luego se detiene y empieza a responder en el mismo tono de voz. Nadie notaría la diferencia. Nada inocentes, estas conversaciones empiezan, convocan después a los sentidos hacia sólo la mitad de un sentido. Y después, no hay alternativa; y después, no hay sentido; hasta que un nombre y todas sus connotaciones son lo mismo.
|