LA TIERRA QUE ERA MÍA Únicamente por reunirse con Sofía von Kühn, Amante de trece años, Novalis creyó en el otro mundo; Mas yo creo en soles, nieves, árboles, En la mariposa blanca sobre una rosa roja, En la hierba que ondula y en el día que muere, Porque sólo aquí como un don fugaz puedo abrazarte, Al fin como un dios crearme en tus pupilas, Porque te pierdo, con la tierra que era mía.
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