Rosa de lima
Pena de plenilunio, ¡oh qué muerte de armiño! y la noche ¡qué aliño de luna y de infortunio! Noche monja de junio, pan blanco de cariño en soliloquio niño de blanco solilunio. Teológica luna asume mi porfía, me anonada y apoca. Y ya soy algo cuna, soy algo eucaristía, algo lino, algo toca.
|