Material de Lectura

Oda segunda

Argumento

El poeta en el cautiverio de los muros de Pekín, sueña con el Mar. Ebriedad del agua que es infinito y liberación. Pero el espíritu le es superior aún en penetración y en libertad. Impulso hacia el Dios absoluto, el único que nos libera de lo contingente. Pero en esta vida estamos separados de él. Sin embargo, él está allí aunque invisible y a él estamos ligados por este elemento fluido, el espíritu y el agua, por el cual todas las cosas son penetradas. Visión de la Eternidad en la creación transitoria. La voz que es a la vez el espíritu y el agua, el elemento plástico y la voluntad que se impone a ella, es la expresión de esta unión bienaventurada. El espíritu en toda cosa libera al agua, ilumina y clarifica. Pide a Dios ser él mismo, liberado de las mortales tinieblas. El agua que purifica cuando salta al llamado de Dios, son las lágrimas que brotan de un corazón penitente. Recuerdo de errores pasados. Todo concluye ahora y el poeta escucha en un silencio profundo, el Espíritu de Dios que sopla a esta voz de la Sabiduría que se dirige a todo hombre.