Material de Lectura

 

Nota introductoria

Mi primer libro de poemas se titulaba Feriados y fue publicado en 1956. No conservo ningún ejemplar, razón por la cual no aparece ninguno de sus textos en esta selección. Era, de todos modos, poesía urbana y confesional: descubrimiento de la ciudad, descubrimiento de la soledad, descubrimiento de la experiencia que se hace poesía, en un gesto bastante conocido y del que me costó alejarme. En el libro siguiente, de 1959, El año que se nos viene y otros poemas, esa primera tendencia prosiguió, sin desarrollarse demasiado: me autorizaba a persistir el recuerdo remoto de Eliot y la inagotabilidad del proyecto se podía seguir buscando en Buenos Aires, se seguían acumulando experiencias, las confesiones podían continuar. Sin embargo, de a poco, se empezó a insinuar un deseo de mayor objetividad que, necesariamente, exigía de una palabra más contenida, en la que lo que podía valer era la “idea poética” más que referencias a lugares o alusiones a experiencias más o menos previsibles; he preferido esos poemas más que los testimoniales que, a decir verdad, me aburren un poco, me devuelven una imagen mía que no me gusta mucho. En el libro siguiente, Addio a la mamma [sic], las experiencias son de amores y años locos, con una pretensión de desenvoltura en la experiencia pero, junto a los poemas que expresan ese tributo a un tiempo prometedor y fascinante, también prefiero ahora los poemas en los que predomina una idea, más contenidos, con mayor desarrollo conceptual, con más humor y que prevén la aparición de un elemento narrativo. A partir de entonces, tal como se puede ver en Comer y comer, ya de 1974, descripción, objetivi­dad, narración, idea, ocupan casi todo el espacio y lo confesional desaparece casi totalmente; esta nueva di­mensión excluye, sin embargo, lo que parecen las dos tentaciones de la poesía contemporánea: el lirismo y el hermetismo: trato de ser nítido, de no perderme, de concentrarme. Y si esto es una línea, ésa es la que he preferido que predomine en esta selección que, en consecuencia, no muestra todo mi proceso sino tan sólo una opción. Que es la que me parece más mía, luego de 30 años.



Noé Jitrik