De día siempre
Un perro lejano ansioso un niño que despierta amarrado por un dolor por un terror incomprensible zumbidos presencias fuegos que fueron fuegos de amor todo cae sobre la luz del insomne hace de su noche un claro de ansiedad terminar pronto.
Hora de comer
Formando un ala o un cuerpo de cuervo los pájaros cortan el aire como una quilla de barco corta las aguas devoran el cielo y el mar amanecen seguros de su destino adustos sobre la tierra y el mar.
Estar o no estar
El tren que ahora me despierta tirado sobre las piedras al lado del mar de grano rojo y los trenes de mi infancia difieren en el humo no me devuelven el tiempo que pasó el gusto del carbón en la pampa otro mar no me devuelven a mi padre y sus gestiones promesas heroicas en las que sólo yo creí el tren ahora me tiende nada más hacia una ciudad otra llena de lluvia interminable incandescente ansiosa.
Montañas más bajas
Súbito fulgor del animal de la hierba de la piedra sobre la piedra esfuerzo arcaico por sobrevivir por defenderse es un intento como los míos vano del hombre por la calma poder mirar lejos más allá meterse en el tiempo y desjarretarlo intento de destiempo y llamado qué estás haciendo ahora que palpita mi vino mi eucaristía mi sangre lejos de ti.
A un extremo de un jardín
Esas retamas que otrora se llamaban hiniestas vibran un poco empujadas por el viento son muchas los campos se plagan de amarillo se perfuman se desvanecen ésta es su fuerza sus flechas reticuladas llevan a un rincón que está en otra parte de olvido llevan a mis propias manos tocándolas en mi propia tierra.
Otra vez
Qué hago aquí tocando el piso pisando el suelo este suelo dramático aquí en un ómnibus que empuja adentro hacia adentro trágico más adentro ¿echará raíces mi corazón? ¿se cansará mi corazón? ¿en este suelo bajo este cielo?
El desdichado
Qué más que la salud se le puede pedir a un hombre y aun la imperfección que es su disculpa en otros tiempos se quería su claridad su rechazo a la muerte hoy bastaría su mirada sobre la bruma su perpleja explosión de su tranquilidad o su despojo o bien pedirle nada nadie pide nada o bien se le puede pedir que en la penuria desdichado se lance incoherente novedoso y triste por las ideas sueltas como cabras como trogloditas.
Yo sé algo sobre el tiempo
El tiempo que a otros otorga su cortejo su custodia a mí me quita el coche la calesa viene en cascada sobre mí me deposita allí donde el amor alguna vez se me hizo luz se me hizo pintura o revelación me devuelve a lo que fui a lo que no soy y sin embargo todavía soy mi fantasma mi esencia mi asombro y lo que a otros concedió de encanto de despreocupación me lo quita a mí con usura me reduce a verlo pasar con tristes oropeles con falso frenesí.
Pitonisa
Puedo no contarte el sueño que tuve contigo: aparecías como nacida desnuda pero no te dabas a mí no me esquivabas salías de la concha tan sólo y tu concha estaba sin entrada me dijiste las cartas que no se mandan no llegan las llamadas que no se hacen no suenan de lo demás no quiero hablar quiero que pienses en tus palabras tal vez les encuentres interpretación.
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