Material de Lectura

Por los extraños pueblos


El color rojo
Los trenes
Ponte la vieja camisa que sabe
Las ropas

 
 

 

El color rojo
 
 
 
 

 

El color rojo de los pueblos, antiguo,
fervoroso y tenaz en la memoria
del almacén nocturno arde
como borroso puño y escritura
sagrada y ágil máscara de fiebre,
de tal forma que nunca
podremos descifrar
el angustiado parlamento,
el discurso veraz y las noticias
seniles de la fiesta que acabó muy tarde,
cuando el color rojo
de los pueblos surgía
en las cenizas del alba como el silencio
en la intemperie del andén último, que mira
el desolado sueño y la inquietud de la seca
y el color rojo
de los muros finales, ásperos,
el color rojo, el cansado color
que nunca pierden, casi como razón de fe,
como la piel amarga,
como la fe sedienta de los pueblos.

 


Los trenes

 

¿Adónde han ido los trenes
llenos de fama y poder,
cuya elocuencia fue ayer
la gloria de los andenes?
Cuando por la tarde vienes
cruzando el año perdido,
¡cómo extrañas el silbido
anhelante, noticioso,
que desdeñaba el reposo
y majestad del olvido!


Ponte la vieja camisa que sabe

 

Ponte la vieja camisa que sabe
del año rumoroso y del tranquilo
año inocente de sucesos graves
como tela de ciegos, azulados hilos.

Ponte el sombrero de ilusión caída
que te alegraba con su tosca nieve.
Ponte el chaleco de las bienvenidas
y la corbata ilustre de las nueve.

Porque es seguro que vengan esta tarde,
porque es seguro que vengan a decirte
algo importante como un noble alarde

que te bastara para no morirte.
Pero mira la noche, ya es muy tarde,
y apenas esperabas, debes irte.


Las ropas

 

¿Y cómo eran las ropas,
las obstinadas, fieles ropas
del abuelo? Su saco

de fervorosa pana,
¿cómo era? ¿Su chaleco
de áureo relumbre, su corbata

de litúrgico lazo, y aquel cuello
nevado desde siempre?

¿Y cómo para ir
al nocturno Liceo, y cómo
para la vasta misa?

¿Y para el fausto melancólico
de la prudente cena,
y para estarse inmóvil?

¿Y cómo el imposible,
absurdo peso de aquel paño,
fue la costumbre de sus días,

si ya, cegado espejo
de la quinta, se vuelve,
con la mágica lluvia,
misterio ya del sueño,
lienzo de la locura?