Material de Lectura


Fragmentos reunidos (1981)


Más allá el eco impertinente
Letra
Codicilo de Néstor
Pantomima de Orfeo
Cuestiones de esperanto
Vihuela de Unamuno
Laúd enfermo
Pregunto por Francesca
Sectaria
Aquí, su antiguo ministerio
Epitafio III

Más allá el eco impertinente


    La flor tomada al agostino prado,
poeta, sobre tu oído ponla.
La escucharás decirte:
        —Cantando por aquí pasó ligera,
        asida de la mano
        de un rudo ganapán.
Arrójala de ti si quieres
evitarte otras confidencias
entre jadeos emitidas.

 


Letra


    Leche de mármoles
reitera tu belleza.
Como ellos, dura, Galatea.

 


Codicilo de Néstor


    Evítate en prostíbulos
remanente ínfimo de vida.
La mercenaria no tendría empacho
en engañarte con ángeles custodios,
felices en su albura,
de tu misal de Edipo futbolista.

 


Pantomima de Orfeo


    Escuchen, yo también proclamo
        como otros muchos, ser el nuncio
de un lúcido profeta.
Su verbo incendiará el futuro
con su veloz cuadriga en llamas,
el alma de las torres,
las fieras y los hombres.
        Como él
        también desdeñaré mis versos,
        predicaré contra mi iglesia
        construida palmo a palmo
        con los ripios
                 de todos los días.

 


Cuestiones de esperanto


    Enfréntalo mínimo ateo.
¿Qué pasaría si el gran Tata
ofreciera a tus ojos
su forma de olmo vivo,
en cada rama hermoso hasta el delirio;
y así, teniéndolo a la vista,
contemplaras caérsele las hojas,
menos una. La más radiosa,
centro del fulgurante verbo,
y al dirigirse a ti dijera
(anonadado tú, se entiende)
—Ámate en ti y espera el fruto.
          Sin traducción posible?

 


Vihuela de Unamuno


    Los oficios de la niebla
igual a temblantes manos
empañan el rostro
fijo en el cristal.
Después da principio
la vagarosa batalla
al tratar de recordarse
el bello rostro perdido.

 


Laúd enfermo


    Apártate de mí.
Si no lo hicieras Ifigenia,
empezará a llover
sobre tu cuerpo inmaculado
el detritus sin fin
de mi melancolía.

 


Pregunto por Francesca


    Te infiero en honda sombra;
el mar no borra aún
sobre la arena tu rescoldo.
        ¿Amor,
persisten nuestras huellas?
        ¿De ser así,
dónde estamos nosotros,
cenizas náufragas sin sueño?

 


Sectaria


    Este cartel muestra tu Iglesia
en desafiante pórtico:
        “Absténgase de entrar
        quien no conozca la lujuria”.

 


Aquí, su antiguo ministerio


    Aminta, acude si lo quieres
a mi esposa. Primero halágala
    y luego pídele mi mano.
Llegada la hora del banquete
        si eres cauta
        no beberás la copa
        tendida por sus manos oferentes.
Atiende mi consejo;
nunca falla Yocasta con sus pócimas.
Se excede en eficacia.
        Donde pone el brebaje
        pone el sepelio.

 


Epitafio III


    Detente caminante; en esta fosa
descansa un aprendiz de teólogo,
trucoso, contumaz y marrullero.
No discutió las glorias de Pisandro
pero fue alumno de sí propio.
        Tal exceso
              le mereció la horca.