Material de Lectura

Acertijos de ratas


Ahí había una rata gris que
me miraba con sus verdes ojos
sacándolos de su agujero

"¡Hola, rata! —le dije—
¿Será posible que yo llegue a hablar
en el lenguaje de las ratas?"

Y aquellos verdes ojos pestañearon,
pestañearon desde el agujero.

"Vuelve —le dije—.
Dime algunos acertijos.
Las ratas han de tener
sus acertijos".

Aquellos verdes ojos me pestañearon
y, del agujero, salió un susurro:
"¿Quién crees que eres y por qué
rata eres? ¿Dónde dormiste la noche
pasada y por qué es que estornudas
los martes? ¿Por qué la sepultura
de una rata no es más profunda
que la del hombre?"

La rata ojiverde chicoteó su cola
y, tras el gris agujero, desapareció.