Epitafio para un tirano
Andaba tras cierta forma de perfección y la poesía que inventaba era fácil de entender; conocía la tontería humana como a la palma de su mano, y estaba muy interesado en flotas y en armadas; cuando se reía, reventaban de risa los respetables senadores, y cuando lloraba, los niñitos se morían en las calles.
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