Nave de la China
La nave de la China que llegó a Acapulco le trajo a la noble Marquesa de Uluapa un cofre de laca color de vainilla; y ornado de alados dragones dorados y de extrañas flores, unos dos tibores. Pero a mí me trajo algo que es mejor: a mí me ha traído olvido de amor. La nave de la China trájole al Virrey, para su hija Pía, la milagrería que abre un abanico tejido en carey; y para su esposa el cristal tallado de un frasco colmado de esencia de rosa. Pero a mí me trajo algo que es mejor: a mí me ha traído olvido de amor. Pena que se queda del camino a un lado; fórmula anodina de oriental receta; humo que las penas ve con telescopio. La nave de la China hoy ha facturado para mi dolencia cansina y secreta una libra neta de ensueños y olvido bajo la etiqueta que asegura: ¡Opio!
(Revista Esfera)
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