Génesis
Sin intentarlo, acaso mi pobre corazón tiene, por ciencia infusa, la ciencia de un crisol. La vida allí ha vertido sus bienes y su mal: los trinos de una alondra, las hebras de algún sol, y almíbar de panales, y lágrimas de sal. Yo sé que allí se funden los oros de un cairel, mezclados con la esencia de una violeta azul; y sé que en lo complejo del formulado aquél sumergen mis tristezas un tubo de abedul. Y soplan, con un soplo sibilino y sutil; y de su aliento a impulsos el verso hace eclosión, para que en las mañanas empapadas de añil, efímero se irise cual pompa de jabón.
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